Publicado 17-01-2017
La época estival ya llega a su fin y, con ella, esas ansiadas vacaciones que esperamos durante todo el año. Si pertenecéis a ese grupo de personas que aún no ha disfrutado de un merecido descanso, estáis de suerte porque hoy os traemos un destino del país de las mil y una noches. Tánger es el nombre de la ciudad situada en el norte de Marruecos protagonista de este nuevo post.
Parece increíble que, a pesar de la cercanía, Marruecos sea un país tan distinto al nuestro. Por ello, contar con la posibilidad de visitarlo es toda una ventaja. Además de ser un destino muy económico, su riqueza cultural, sus contrastes y la magia que esconde su diversidad de paisajes y sus costumbres hace de Tánger un destino muy interesante turísticamente.
Pero ¿qué es lo que se puede ver en esta ciudad portuaria? Pues bien, teniendo en cuenta que se trata de una ciudad con grandes contrastes, resulta imprescindible conocer la parte antigua de la misma y la nueva que no deja de evolucionar.
Por ello, visitar la Kasbah es algo que no podéis dejar de hacer. En ella podréis perderos por estrechas callejuelas donde el bullicio es casi permanente. Ahí podréis admirar la arquitectura árabe y descubrir que detrás de puertas que, a simple vista, parecen pertenecer a una humilde casa del casco antiguo, se esconden enormes palacios típicos marroquíes. Dentro de este espacio amurallado encontraréis originales cafés donde hacer una parada para descansar. Del mismo modo, tenéis la posibilidad de acceder a herbolarios donde el dependiente os comentará todas las propiedades de los productos naturales típicos de la zona.
¿Qué no os podéis
perder en Tánger?
Disfrutar de las vistas del Cabo Espartel; conocer la leyenda que esconden las paredes de las Grutas de Hércules; descubrir el arte del regateo por las estrechas calles del zoco; oír la llamada a la oración de distintas mezquitas; visitar la catedral; dar un paseo en camello por la playa; descubrir la artesanía marroquí, etc.
Disfrutad de la
gastronomía marroquí
Si sois de esas personas a las que se les conquista por el estómago, este destino es ideal para vosotros. La gastronomía marroquí es de gran riqueza y diversidad. El cuscús, el tajín o la bastela son algunos de los platos estrella de la zona.
Además, el té marroquí es algo que, definitivamente, hay que tomar cuando se visita este país, pues es parte de la cultura. Para sumaros a esta tradición, la mejor forma de hacerlo es en el café Haffa, construido en el año 1921. En él podéis probar uno de los mejores tés mientras disfrutáis de una panorámica del estrecho de Gibraltar y la costa española.
Pero, sobre todo, adentraros en la cultura marroquí y disfrutad de Tánger, la ciudad de los contrastes.
¿Os animáis a viajar al país vecino?
